Hijo de Zeus y la diosa Leto y hermano gemelo de Artemisa. Después de ser fecundado por Zeus, Leto sufrió una incesante búsqueda de Hera en toda la Tierra. Se las arregló para esconderse y dar a luz en la isla flotante de Ortígia, que, poco después del nacimiento de Apolo, se estableció en el fondo del mar y recibió el nombre de Delos.
Apolo fue presentado por Zeus con la lira de Hermes y con los cisnes sagrados que llevaron al dios de Delos al extremo norte del mundo, la tierra de los hiperbóreos, un lugar donde los hombres vivían en plena felicidad. Allí, Apolo se quedó por un año, luego regresó a Grecia.
En Delphi, fue recibido con fiestas. Allí, mató a un dragón llamado Python con sus flechas infalibles, que protegía a un antiguo oráculo de Themis. Para purificarse de la muerte de Python, realizó juegos funerarios que dieron lugar a los Juegos Pythian (celebrados cada cuatro años en Delphi y que, junto con los juegos Olympia, dieron lugar a los Juegos Olímpicos).
Tomando posesión del orem de Themis, Apolo lo convirtió en su santuario. Él consagró un trípode (una especie de banco con tres pies) donde una sacerdotisa, la Pitia, comenzó a sentarse para entregar oráculos. El trípode se convirtió en uno de los símbolos de Apolo.
Representado como un joven alto y muy guapo, Apolo tenía varios amores. En Tesalia, se enamoró de la ninfa Dafne, quien, sin embargo, no se correspondía con la pasión del dios. Perseguido por Apolo, Dafne invocó la protección de su padre, que la convirtió en un laurel, cuando el dios iba a alcanzarla. El laurel ("Daphne" en griego) se convirtió en un árbol dedicado a Apolo.
Apolo tuvo mejor suerte con la ninfa Cirene, de quien tuvo un hijo llamado Aristeu. De su amor con las Musas, nacieron los Coribantes, demonios que se convirtieron en parte del séquito de Diosis. Con la musa Calíope tuvo dos hijos músicos: Lino y Orfeo. Con Coronis, generó a Asclepio, el dios de la medicina.
Sus pasiones no se limitaron a diosas y semidioses. Apolo cortejó a Casandra, hija de Príamo, rey de Troya. Para ganarlo, prometió enseñarle el arte de la profecía. Cassandra recibió las lecciones, pero no se entregó al dios y Apolo se vengó, haciendo que nadie creyera lo que Cassandra profetizó.
Apolo era el santo patrón de la profecía, el arte de disparar con arco y flecha, juventud y medicina. Su adoración en Delfos, donde se encontraba el oráculo, tuvo una gran influencia en la mentalidad griega.
Fuentes:
- Diccionario de mitología griega y romana, Mário da Gama Kury, Jorge Zahar Editor.
- Diccionario Mitológico-Etimológico, Junito Brandão, Editora Vozes.
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